Aunque la mayor parte de los atlas hispánicos utilizan el Alfabeto Fonético de la Revista de Filología Española, diseñado por Tomás Navarro Tomás, y a pesar de que en los trabajos de campo se utilizó ese alfabeto, a la hora de elaborar los materiales, se optó por volcarlos al Alfabeto Fonético Internacional para asegurar una difusión mayor.